Este lugar que da título a este blog es una ciudad bíblica que hoy está en ruinas. En esta ciudad de Israel situada a orillas del lago Tiberiades transcurrieron los años de vida adulta de Jesucristo.
Cafarnaúm (pueblo de Nahum) fue testigo de numerosos milagros.
Llegó a su ciudad. Le presentaron un paralítico acostado en su lecho y viendo Jesús la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: Confía, hijo; tus pecados te son perdonados. Algunos escribas dieron dentro de sí: Este blasfema. Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir Tus pecados te son perdonados, o Levántate y anda? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra poder de perdonar los pecados, dijo al paralítico: Levántate, toma tu lecho y veta a casa. El, levantándose, fuese a su casa.” (Mt, 9,1).
En Cafarnaúm estaba la casa de San Pedro (recientemente se ha construido un moderno memorial). Allí Jesús curó a la suegra de San Pedro.
“Entrando Jesús en casa de Pedro, vio a la suegra de éste postrada en cama con fiebre. Le tomó la mano, y la fiebre la dejó, y ella, levantándose, se puso a servirle” (Mt 8,14).
En Cafarnaúm estaba la casa de San Pedro (recientemente se ha construido un moderno memorial). Allí Jesús curó a la suegra de San Pedro.
“Entrando Jesús en casa de Pedro, vio a la suegra de éste postrada en cama con fiebre. Le tomó la mano, y la fiebre la dejó, y ella, levantándose, se puso a servirle” (Mt 8,14).
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